Érase una vez un joven boxeador llamado Jimmy que era pobre y no tenia guantes de boxeo. Era bastante malo, casi nunca ganaba en las competiciones. Un día iba andando por la calle y se encontró un billete de lotería, iba a caducar ese día, entonces fue a la administración más cercana. Cuando llegó pregunto si había tocado algo.
-¡Señor le han tocado 2.300€!.-Le dijo la lotera-
Entonces Jimmy fue a la tienda de boxeo que estaba dos calles más arriba y se compro el guante de boxeo más barato que había, porque el era muy humilde.
Cuando se los fue a poner de repente los guantes tomaron vida.
-Jimmy somos unos guantes mágicos. En los torneos nosotros controlamos tus brazos y piernas-. le dijeron los guantes a Jimmy-. Entonces Jimmy se puso muy contento, porque la semana que siguiente había un torneo y él era muy malo boxeando, aunque le encantaba boxear.
Ya pasó una semana y se iba a el torneo, entonces se puso los guantes mágicos... ¡Y ganó!. Desde entonces fue ganando todos los campeonatos y se hizo rico. Hasta que llegó un tipo que era muy fuerte y que se hacia llamar "El Apisonador". Se quería hacer con el puesto de Jimmy y lo consiguió pero Jimmy le pidió la revancha y se pusieron a pelear. Fue una batalla muy larga, ¡Pero ganó Jimmy! Fue increíble.
Jimmy se hizo con el premio: "ser el mejor jugador de boxeo del mundo". Todo gracias a sus guantes mágicos.
Fin.
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